
Por
contra, los ingresos tributarios de los daneses étnicos supusieron un superávit
de 56.000 millones ese mismo año.
El
informe muestra de manera concluyente que la inmigración ha sido un desastre
económico para Dinamarca.
Se
precisa que el 59% del superávit fiscal fruto de los ingresos procedentes de
los daneses nativos fue destinado a las minorías étnicas. Esto sería
aproximadamente el equivalente a los 2,1 billones de dólares que destina cada
año el Gobierno de Estados Unidos a las llamadas minorías étnicas, una cifra
que desafía toda lógica y razón.
Por
si fuera poco, los delitos cometidos por inmigrantes le cuestan a Dinamarca
inaceptables sumas de dinero. Ocho de los nueve grupos étnicos más
representados en las cárceles danesas son grupos inmigrantes no occidentales,
concretamente islámicos.
De
hecho, los daneses no étnicos son 2-3 veces más propensos a cometer crímenes
que los nativos, según datos del propio gobierno, que resaltan la naturaleza
extremadamente violenta de muchos de esos delitos.
Asimismo,
a los inmigrantes van dirigidos buena parte del presupuesto dedicado a salud.
Como muestra, este botón: el 40% de los pacientes del mayor hospital de salud
mental de Dinamarca son de origen extraeuropeo. Se destaca al respecto que la
proliferación de enfermos mentales entre las comunidades inmigrantes podría
deberse a la prevalencia en ellas de matrimonios consanguíneos, lo que sin duda
aumenta el riesgo de taras mentales. De entre los pacientes extranjeros en
centros psiquiátricos, practicamente la totalidad procede de países de
obediencia musulmana.
Los
datos ofrecidos proceden de fuentes oficiales danesas, nada sospechosas de
comtemporizar con las críticas a la inmigración. Nos faltaría el testimonio del
sesudo representante progresista de alguna entidad proinmigracionista para que
nos ilustrara sobre las supuestas ventajas que ha supuesto para Dinamarca la
llegada masiva de extranjeros en los últimos años.
Twittear